El perro y el cementerio...

Tras el fallecimiento de mi abuela tenemos esta costumbre de ir a visitar su tumba cada semana. Los cementerios jamas me habían asustado, de hecho, algunas tumbas bastante viejas para no decir que son de la Old School, con mucha antiguedad encima me gustan, por sus diseños góticos, por lo que si hay tiempo me paseo entre panteón y panteón para observarlos con detenimiento.

Esta semana cuando fuimos, ni bien nos acercamos a la tumba comencé a oler un olor a humo de cigarrillo, parecido al que mi amiga expulsa cuando se escapa de mi y se pone a fumar ¬_¬ por lo que olisqueando di con un panteón que estaba sin puerta. Me pareció raro que estuviera abierto sin que los familiares del difunto estuvieran allí y lo que me pareció aun mas extraño era la cantidad de moscas que salían del interior del mismo, pronto descubriría la razón de ello.

Lo que vi en el cementerio me rompió el corazón, un perrito con la pierna agusanada, postrado en el suelo dentro de ese panteón. Qué hace allí..? -me pregunte... Morirá allí, solo..? Sin poder moverse para buscar agua o comida, asediado por moscas y el olor a podredumbre de su otra patita. Ese perrito pasara sus últimos momentos solo ALLÍ..! Irónicamente pareciera que supiera donde van todos los muertos y vino a hacerse un pequeño lugar en dicho paraje. Ellos son tan sabios...

Me sentí tan mal, tan triste e impotente. Pensé en la historia que podría tener dicho animalito encima, historia que estaba terminando en ese momento, en ese frio panteón, o que por lo menos estaría terminando en solo algunas contadas horas mas, con una muerte tan solitaria, silenciosa y dolorosa.

No podía quedarme mucho tiempo allí, el olor amenazaba con hacerme vomitar y aun tenia como pendiente ir a conversar con mi abuela antes de que la noche cayera sobre nosotros, por lo que tuve que dejarlo allí e ir donde estaban mis padres. Tras conversar con mi abuela y esperar a que mis padres hicieran lo mismo, no paraba de mirar hacia la dirección del sepulcro donde se encontraba dicho perrito. Quería hacer algo, ayudarlo, salvarlo de alguna forma u otra.

Nadie merece pasar sus últimos momentos en este mundo de la forma en la que ese animalito inocente lo estaba pasando. Y comencé a lagrimear, quise ponerme a llorar porque no podía hacer nada para apagar su sufrimiento. Los animales son los únicos que me logran conmover tanto...

Mi madre se dio cuenta de que algo me pasaba y se lo conté y le dije que por favor me ayudara a hacer algo por el. Ella se acerco al mismo en medio de todo ese caos de revoloteo de moscas y mal olor, y le dio de beber un poquito de agua. No es mucho, no es algo que le curará las heridas o que opacará su dolor, pero por lo menos es algo. Un gesto que estoy seguro el 80% de la población es incapaz de hacer.

Las personas tienden a subestimar el valor de los seres vivos en este mundo y mas aun al tratarse de seres tan nobles y puros de corazón como lo son estos animales. Son incapaces de ver que ellos a pesar de estar pasando hambre, frío o calor, o mal tratos siempre te van a querer por como sos sin importar lo mal que te veas, te quieren por quien eres no por lo que aparentas ser con el resto del mundo.

Este perrito no ha de ser el único con un final tan triste, de seguro hay cientos en el mundo que pasan por situaciones similares, que al no conocer la dicha de tener dueños que se encarguen de ellos como se debe terminan pereciendo. No puedo olvidar su falta de ganas, su falta de respuesta al hablarle, ni siquiera pudo levantar la cabeza, no movió el rabo, solo me miraba mientras aguardaba que todo acabase. Una espera que seguro se hacia eterna para el.

Si tienen mascotas, valorenlas, ámenlas y cuídenlas. El amor que ellos reciben de ustedes se multiplica siempre por un millón al devolverlo con su cariño incondicional y verdaderamente se merecen todo lo mejor del mundo, ya que una mascota vale muchísimo mas que una persona, sino haga usted la comparación...