miércoles, 5 de marzo de 2014

Ese algo pendiente...

 Hoy por fin volví a verte, en sueños. Al fin pude, al menos iniciar, la conversación que tengo pendiente contigo.

Yo mismo me sentía como me sentiría en la vida real estando ante ti en esa situación. Al principio algo nervioso e inquieto, y luego mas tranquilo tratando de prestar atención a todo lo que dices, a tus reacciones.

Me sorprendió saber algunas cosas, ante las cuales no tenia una defensa preparada pero que de alguna forma ya intuía que se avecinaban.

Supe que mucho de lo que tengo que cambiar en mi mismo, estaba manifestándose en ese momento, mientras escribía con una vara garabatos en una pared que tu estabas encargándote de grafitear mientras me decías parte de lo que sucedía en tu interior.

Algunas veces pienso que aun no estoy listo para enfrentarte, aunque claramente puedo hacerlo y acabar contigo, sabiendo que la diferencia de niveles entre ambos es enorme. Pero a mi no me importan los niveles cuando se trata de ti.

Trataba de seguir tus pasos que cambiaban todo el tiempo, trataba de escucharte pese al ruido y las distracciones, lo se, soy disperso, me lo dijiste alguna vez, y lo acepto.

Seguías hablando y yo esperaba pacientemente mi turno para decirte lo que pasaba en mi interior. 
Estaba tan contento de poder estar allí contigo, pero antes de poder decirte todo lo que sentía, el sueño comenzó a hacerse muy distante, borroso, y me di cuenta que estaba despertando. Debía de apresurarme.

Me esforcé por seguir allí para tener el tiempo suficiente para decirte todo, TODO, para seguir compartiendo ese momento. Pero la realidad es mucho mas fuerte y habla tan alto al punto de despertarte, de quitarte a tirones del lugar en el que te gustaría vivir por siempre.

De pronto me encontré mirando el techo de mi cuarto, trate de volver a donde estabas, pero ya no pude volver a dormir. Mi madre venia a despertarme.

Hoy se que esa conversación debe darse irremediablemente, sin saber realmente cuando se dará tendré que esperar, como siempre.

Aunque no lo sepas, aun antepongo tu felicidad y tu bienestar antes que la mía, es así como funciono y es algo que no puedo cambiar.

Y mientras espero por ti, seguiré viéndote a lo lejos, desde la sombra de un árbol aguardando pacientemente que dicha escena pendiente se termine por realizar.



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