lunes, 17 de febrero de 2014

Castillos... [pendiente su escritura completa]

Siempre he pensado que cada persona es como una isla flotante que cada tanto se reúne con otras y luego vuelven a separarse, islas que flotan en el cielo. Como si la naturaleza de estas fuera esa, la de estar juntas y luego volver a estar solas, como si lo necesitaran, para no perder su esencia, para no perderse así mismas.
En lo que a mi respecta, cada uno decide como crear su propio mundo, cada uno decide como crear su realidad personal, cada uno decide que tan grande y alto son sus propios castillos, y por sobre todo que tan grueso y duro son sus muros.
A algunos como a mi, no nos gusta que nos invadan, que estén allí taladrando, tratando de entrar, como si fueran a querer quedarse con uno para siempre, como si pudieran hacerlo. No, no soy como un huevo con un caparazón tan duro como el diamante, solo soy yo, alguien que crea un enorme castillo lo suficientemente duro para que nadie pueda venir a instalarse en mis dominios y lo suficientemente frío como para que el permanecer sea insoportable.
Creo que es una forma de protegerme de lo que hay afuera, que no me gusta por cierto, eso que esta alli acechando, esperando a que baje la guardia para poder entrar y comenzar a romper todo lo que con mucho esfuerzo erigí para mi mismo. 
Mencione las realidades personales, y algunos ni siquiera tienen idea de lo que sea eso. Una realidad personal es aquella realidad que uno mismo crea a su alrededor y que posibilita el crecimiento de un don o habilidad, siendo una realidad personal algo que cambia completamente el funcionamiento del mundo y las leyes que lo rigen, hacen que esta haga posible cualquier cosa. Entonces, cuando una realidad personal es lo suficientemente fuerte, uno puede alterar el mundo al son de los deseos propios creando así cosas increíbles para los ojos de los demás.
Uno baja la guardia y abre las puertas muchas veces pensando que quien toca es alguien que nos hará mucho bien, alguien que podrá soportar cualquier cosa, cualquier secreto, pero sin embargo las cosas cambian cuando vemos que los planes de esta son diferentes mientras enciende antorchas y pretende derretirlo todo. Que hacemos en ese punto? No podemos simplemente almacenar el suficiente poder como para expulsar a cualquier intruso, no podemos simplemente explotar y liberar aquello que no mostramos a nadie por temor propio, por lo que podamos llegar a hacer.
Abrimos ventanas, huecos, cualquier abertura y con mucha educación los hacemos volar fuera y nos disponemos a cerrarnos aun mas para poder recuperarnos. Esta vez, poder entrar sera mucho mas difícil, porque no solo abran muros que detengan, también crecerá un jardín con espinas y si somos lo suficientemente inteligentes, crearemos criaturas que nos cuiden.
Cada quien elige su método de protección. No nos convertimos en ermitaños, solo islas que tienen en su poder la decisión de reunirse con otras o simplemente no hacerlo.
Algunos han tomado durante toda su vida el suficiente daño como para no abrirse nunca, personas amargas por dentro, amargadas por las circunstancias de la vida, otras sin embargo, no habiendo recibido ningún daño en especifico, simplemente lo deciden y ya, y otros por haber confiado en otros y haber sido defraudado sintieron que de alguna forma, encerrándose eso no podría volver a suceder, no volverá a suceder.
A algunos como yo no nos gusta que se nos acerquen demasiado, no nos gusta el contacto físico permanente, que estén allí esperando que miremos otro lado para pegarse a nosotros. Miramos con desconfianza a cualquiera que quiera acercarsenos y recibimos con descargas eléctricas a quien quiera mordernos. Al final, decidimos quien puede hacerlo y quien no.
Las personas que deciden crear una película a su alrededor que imposibilita el traspaso de entes extraños corren el riesgo de quedarse solos, pero al no estar solos, siempre abran personas que quieran quedarse a su lado aceptando claramente las consecuencias de dicha decisión...

No hay comentarios:

Publicar un comentario