sábado, 10 de noviembre de 2012

Esos sueños que te dejan pensando...

Me siento a esperarte en el columpio en el que te conocí por primera vez. Recuerdo que estaba muy asustado, antes de dormir había visto un documental que mostraba el desarrollo de la bomba atómica, como esta se emplearía y las secuelas que dejaría hasta el día de hoy. Estaba confundido. Por qué los humanos querrían hacerse daño..? me preguntaba mientras miraba mis pies que no lograban tocar el suelo, si... Yo siempre había sido bajito, y aquel columpio hacia imposible que me balancee por mi mismo...

Es ahí cuando nuestras historias se unen. Apareciste esa tarde en que yo me disponía a jugar solo, como siempre. Tengo una extraña costumbre de no preguntar los nombres de las personas, soy capaz de charlar, jugar, comer incluso dormir, pero cuando me preguntan el nombre de esa persona, resulta que se me había olvidado preguntar, creo que mas bien es una mala costumbre que tengo desde la época del jardín de infantes. Por lo que jamas se me ocurrió preguntarte eso, de hecho, muchas cosas las sabíamos con solo mirarnos, tu cara es la que no olvido...

Te sentaste a mi lado y comenzamos a hablar, pudiste explicarme algunos porqués pendientes. Yo estaba asombrado porque estaba conociendo a alguien que podía mostrarme algunas cosas que no podía percibir y noté que estaba causando el mismo efecto en ti. De alguna forma, yo estaba mostrándote algo que yo mismo desconocía. Nuestra amistad se formo y cristalizo desde el inicio...

Venia todos los días al mismo lugar, esperando encontrarte. Solo tu podías balancearme, solo tu me mostrabas lo que yo no podía entender, de alguna forma hacías que entendiera sin que me diera miedo. En esos días me prometiste que me cuidarías, y yo estaba feliz de que sea así...

Otro día nos encontrábamos jugando en el sube y baja, estabas escuchándome con atención mientras yo te hablaba sobre algunos trucos que tenia mi habilidad, y luego veía como tratabas de ponerlos en practica. Me sentía útil, feliz y pleno, por fin alguien me escuchaba, no se burlaba y no tenia intenciones de mandarme a la hoguera...

Otro día estábamos echados en el pasto, mirando como las nubes cambiaban de forma mientras una tenue brisa movía mis cabellos, que ya desde aquel entonces, eran una maraña incontrolable. Me contaste algo que no quería escuchar, yo sabia que aquellos días terminarían momentáneamente, así que te disfrutaba al máximo. Yo no quería dejar de verte, y tu tampoco. Por mi parte puedo decir que yo te quería desde siempre...

La ultima vez que pude hablar contigo, fuimos del parque a una playa, tomados de la mano, mis pies sentían el frío del agua y el calor de la arena. Te explique porque habían dos sensaciones a la vez y tu nuevamente me mirabas atentamente, me explicaste algo de las distancias y las peleas, cada movimiento de tu boca, yo las seguía, te miraba y sabias exactamente lo que estaba pensando. Creo que ese día llore, y recuerdo tu abrazo. Estaba atardeciendo y nos tuvimos que despedir. Lo último que me dijiste fue que nos volveríamos a ver, pero ya no en sueños, sino en la realidad. Y yo te prometí que te buscaría...

Y actualmente, estoy muy feliz de conocerte. De saber que hay algo que nos une y que nos seguirá uniendo siempre, no solo nuestras habilidades, sino algo mas que nadie podrá entender...

No hay comentarios:

Publicar un comentario