jueves, 19 de enero de 2012

Un funeral...

Creo que cada funeral es parecido al anterior, pese a que pueden realizarse en distintos horarios, dias, meses y hasta con distintos tiempos y temperaturas, tienen ese factor comun que los une y los vuelve todos iguales, los muertos y las personas que lloran haciendo mucho teatro...

En estos dias fui a un entierro, y debo decir que no me gustan estas ceremonias, ni los velorios, ni nada que tenga que ver con gente muerta, la iglesia, la tristeza y el color negro. Creo que es porque me entristece a mi tambien, y aunque sea dificil de verse en mi, creo que soy un poco sensible y tambien me afecta, porque me hace ver lo delicado de la vida y que la gente a la que quiero mucho no me va a durar lo suficiente...

El caso es que fui directamente al entierro de esta mujer que en cierta manera queria mucho, no solo por los postres que nos invitaba a mi y a mis familiares sino por el cariño incondicional con el que se mostraba con nosotros. No me anime a ver su rostro por ultima vez, porque creo fielmente que a las personas que ya no estan con nosotros en este plano debemos recordarlas de la mejor manera posible, recordarlas cuando estaban sanas, felices y vigorosas y asi lo hice...

Hacia un calor inmenso, el lugar donde se hacia la despedida era pequeño y estaba abarrotada de gente, por lo que no tuve de otra, tuve que salir afuera, estaba ahogandome entre la multitud, no podia respirar... Y claro, no fui de negro, no tengo ropas en ese color por lo que fui de marron que de alguna manera se le acerca, miraba a sus hijos y miraba el cajon, la sensacion no era para nada buena...

Ya en el cementerio, despues de algunas palabras fuera de lugar de una mujer que considero muy pedante que decidio meter al futbol en algo tan serio como lo es la muerte de alguien, el cajon fue llevado en donde seria la ultima morada de esta mujer que tengo que contarles, trabajo sin descanso aun despues de su ancianidad para que sus hijos se convirtieran en personas de bien, lamentablemente murio a los 90 años...

Entre los presentes estaban personas de diferentes lugares, desde Inglaterra hasta Uruguay, y a todos los funerales a los que he ido a lo largo de mi vida, nada me molesta en sobre manera que la presencia de personas hipocritas y mucho mas de aquellas personas que arman un teatro al llorar por la persona recien muerta, esta bien, es mucho el dolor que se siente, pero llorar, tirarse encima del cajon, y llorar a los gritos diciendo cosas sin sentido, eso ya es demasiado...

No pude llorar, pero sin embargo siento mucho su muerte, la voy a extrañar, soy de los que cree que haciendo las cosas en vida tienen mucho mas valor que haciendolas en su honor cuando esten muertas. Yo fui a visitarla cuando aun estaba viva, fui a verla cuando estaba enferma, ore por ella, y creo que me siento aliviado porque su sufrimiento no se haya extendido y sin embargo personas que no se dieron la molestia de saber como estaba, que no fueron a verla, eran las que mas lloraban la perdida...

Tenemos que aprender a valorar a nuestros seres queridos, hacerles saber que los queremos y que nos preocupamos por ellos y no armar un teatro en medio de las tumbas tratando de compensar lo descuidados que fuimos durante su vida en la tierra, asi le evitamos las molestias a los demas y a los muertos que de seguro quieren seguir descansando en el cementerio...

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